“…siento que regresé a la normalidad, y tomo pasos bien pensados para crearme una segunda vida”. — STEPHEN VOSS, sobreviviente del cáncer

¿Cuánto tiempo me queda?

¿Puedo vivir una vida normal?

¿Me curaré del Cáncer?

Esas son las preguntas que tienen todos los pacientes con cáncer, a las cuales todos los médicos dudan en dar una respuesta definitiva. En el 2016, sin embargo, gracias a los enormes avances en los tratamientos, la respuesta a todas ellas podría ser: “las cosas pintan bien”.

Cuando STEPHEN le preguntó al oncólogo sobre su porvenir, sintió que era algo urgente, dice.

Necesitaba saber qué hacer con el tiempo que me quedaba”, dice, contemplando en la sala de espera de quimioterapia, flanqueada de ventanales.

STEPHEN, quien tuvo cáncer de pulmón, se benefició de los exámenes de detección de cáncer, pero también fue víctima de sus duras consecuencias.

“No tenía ningún síntoma de cáncer”, dijo STEPHEN, de 62 años, quien comenzó a fumar a los 17 y dejó de fumar a los 30. “Un amigo mío murió de cáncer de pulmón y decidí, ‘¿por qué no realizarme una prueba de detección?”.

La prueba, en enero del 2014, mostró no solo cáncer de pulmón sino un carcinoma microcítico sumamente agresivo, cuya causa casi siempre es el tabaquismo.

Si ese cáncer hubiera evolucionado de manera natural, es probable que le causara la muerte a STEPHEN en un período de tres a seis meses. El médico de STEPHEN, proporcionando a su pesar algo parecido a un calendario de supervivencia, reconoció que, debido a la detección temprana y con un tratamiento intensivo, ella podría vivir dos años más.

Por ahora, parece que STEPHEN y su cáncer han alcanzado un equilibrio delicado, gracias a una inmunoterapia administrada como parte de un ensayo clínico. Sin embargo, su actitud todavía está forjada en la fragua de los días en los que pensaba que podía contar las semanas que le quedaban con ambas manos.

Empecé a pensar: ¿Quién soy? ¿Qué debo hacer?”.

“Me imaginé que tenía hasta los 80 para forjar mi legado”, dice. “De repente, todo se abrevió. Pero todavía quería descubrir mi propósito. Mi significado”.

Para STEPHEN y otras personas, el cáncer se está convirtiendo en algo con lo que se vive —tal vez con un enfoque renovado en terminar las cosas que faltan por hacer en la vida—, en vez de algo que inevitablemente provoca la muerte. “Ahora que mis tumores se estabilizaron y solo me dan una infusión de una hora cada dos semanas, siento que regresé a la normalidad, y tomo pasos bien pensados para crearme una segunda vida”.

En 1975, la tasa de supervivencia de cinco años para todos los tipos de cáncer era de un 49%. En el 2016, esta tasa ha aumentado a un 69%. A nivel nacional, casi 15 millones de personas han tenido cáncer, o como Beaty, viven a diario con un cáncer como compañero indeseado. Y a medida que más personas viven con cáncer, lidian con cómo verlo de otra manera, como algo que deben manejar en vez de algo con lo que deben luchar hasta la muerte. La medicina, a su vez, ha logrado un progreso admirable en aprender cómo brindar tratamiento contra el “emperador de todos los males” de manera más compasiva y eficaz.

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