Resumen de Nutrición

La nutrición es el conjunto de procesos mediante los que se transforma los alimentos en nutrientes. Son los nutrientes, el oxígeno y el agua, los elementos necesarios para el mantenimiento de la vida de los seres aerobios, tanto unicelulares como pluricelulares.

Para lograr una nutrición saludable hemos de procurar una dieta correcta y una manera adecuada de preparar los alimentos. La elección de la dieta es ciencia y arte.

En los animales superiores, la nutrición comprende varias etapas, ingestión, masticación, deglución, digestión, absorción, metabolismo y excreción. Etapas que constan de procesos tanto físicos (masticación, deglución, avance del bolo alimenticio a través del tracto digestivo), como bioquímicos (que comprenden todo el conjunto de transformaciones químicas que sufren los alimentos hasta transformarlo en un nutriente útil para el organismo).

Las transformaciones químicas se producen gracias al ácido clorhídrico y a las enzimas digestivas, como son la ptialina, amilasa pancreática, las lipasas, proteasas, peptidasas, las enzimas intestinales y al efecto emulsionante de la bilis.

La nutrición es la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo. Una buena nutrición (una dieta suficiente y equilibrada combinada con el ejercicio físico regular) es un elemento fundamental de la buena salud.

Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad.

La nutrición es el proceso por el que nuestro cuerpo obtiene los elementos necesarios para funcionar a través de los alimentos. Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental, y reducir la productividad entre otros muchos déficit.3

¿Qué es la Nutrición?

Nutrición es un término muy amplio, que abarca todos los procesos mediante los cuales un ser vivo adquiere los elementos necesarios para mantener la vida, a excepción del oxígeno y del agua. Mientras que la alimentación es el acto de tomar los alimentos.

Así pues, la nutrición consiste en transformar los alimentos en nutrientes. Es decir, tomamos alimentos que tras digerirlos, absorberlos y metabolizarlos se convierten en nutrientes, que a través del torrente sanguíneo llegan a todas las células de nuestro cuerpo.

En los animales superiores, la nutrición comprende varias etapas, ingestión, masticación, deglución, digestión, absorción, metabolismo y excreción. Etapas que constan de procesos tanto físicos (masticación, deglución, avance del bolo alimenticio a través del tracto digestivo), como bioquímicos (que comprenden todo el conjunto de transformaciones químicas que sufren los alimentos hasta transformarlo en un nutriente útil para el organismo).

Las transformaciones químicas se producen gracias al ácido clorhídrico y a las enzimas digestivas, como son la ptialina, amilasa pancreática, las lipasas, proteasas, peptidasas, las enzimas intestinales y al efecto emulsionante de la bilis.

La digestión comienza en la boca con los procesos de masticación y salivación. La masticación es indispensable para triturar los alimentos y favorecer la digestión química y enzimática. Esta última comienza en la boca con las amilasas salivares (ptialina), responsables de la primera degradación de los carbohidratos, particularmente del almidón.

La digestión reduce el alimento hasta liberar los nutrientes, que por el proceso llamado absorción pasarán a la vena porta hepática que los conducirá al hígado; donde pueden sufrir transformaciones químicas. De esta manera, unos nutrientes pueden ser trasformados en otros para aprovechar mejor los recursos, y garantizar la satisfacción de las necesidades del organismo. Y finalmente, los nutrientes, vehiculizados por la sangre, son distribuidos por todo el organismo, para atender las necesidades de todas nuestras células.

El sistema digestivo comprende

Boca, epiglotis, glándulas salivares, esófago, estómago, intestino delgado y grueso, hígado, vesícula biliar, páncreas.

En definitiva, y resumiendo, la nutrición consiste en obtener de los alimentos que ingerimos las sustancias útiles que nuestro organismo necesita.

Pero, la correcta nutrición no solo depende del buen funcionamiento del sistema digestivo sino también del sistema nervioso. O quizás mejor, deberíamos decir del sistema neuroendocrino. No podemos olvidar que el sistema nervioso autónomo o vegetativo regula todas las funciones que son vitales. Y esto se realiza directamente mediante la inervación de nervios simpáticos y parasimpáticos o bien mediante la combinación del sistema nervioso autónomo con el sistema endocrino.

Ejemplo de esto último es la función reguladora del hipotálamo a través de los ejes: hipotálamo-hipófiso-ovárico; hipotálamo-hipófiso-tiroideo, hipotálamo-hipófiso-suprarrenal, hipotálamo-hipófisis-hormona del crecimiento. Ejes que regulan los procesos de nutrición desde el control de la voluntad de comer, hasta el control del metabolismo energético.

El aroma y color de los alimentos estimulan la secreción de saliva, de jugos gástricos y el peristaltismo, a través del sistema parasimpático. Las emociones como miedo, preocupación o enfado estimulan al hipotálamo que activa al sistema nervioso simpático, que a su vez deprime las secreciones e inhibe la peristalsis.

Y el círculo se cierra de la siguiente forma: el sistema nervioso regula el funcionamiento del sistema digestivo, y a su vez el sistema digestivo aporta los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del sistema nervioso, el cual es la base material de nuestra alma y estado anímico.

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