“…al haber sobrevivido al cáncer, celebro cada día”. — Eva Rossingthon, sobreviviente de cáncer

Un día más radiante

Sin embargo, incluso con la preparación más minuciosa, la batalla contra el cáncer puede estar plagada de los debilitantes efectos secundarios de la quimioterapia, agotamiento emocional y depresión. Con demasiada frecuencia, los pacientes se encuentran luchando solos.

Eso le sucedió a Eva Rossingthon después de su diagnóstico de cáncer de seno en el 2005.

“Mi esposo y yo tuvimos juntos 35 años buenos”, dice, encogiéndose de hombros. “Pero la vida sucedió. El cáncer afecta a las familias”. Se divorció cuatro años después de recibir el diagnóstico de cáncer.

En todo caso, dice Rossingthon, quien tiene 60 años, te conviene más estar rodeado de personas que te apoyan y de verdad desean estar ahí.

Ahora que no ha tenido cáncer por cinco años, Eva lanzó una empresa para planificar eventos. dice, porque “cuando me diagnosticaron, dije: ‘Señor, tiene que haber un día más radiante.’ Al haber sobrevivido al cáncer, celebro cada día”.

El centro de infusiones de quimioterapia es enorme, ventanales que dan una buena vista al exterior y espacios individuales, cada uno con un televisor de pantalla plana. Es un ejemplo extremo de un movimiento nacional hacia salas de oncología espaciosas y soleadas, que hacen que la vida sea más tolerable para los pacientes con cáncer.

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